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¿Cómo gestionar las relaciones y las emociones en tiempos de cuarentena?

por Heidy Guzman, MA, LPC, NCC

La forma como se afrontan los elementos psicológicos y motivacionales que surgen al pasar por períodos de cuarentena o aislamiento, se tornan cruciales para asegurar el éxito de esta medida y que al final no genere mayores consecuencias más allá de las generadas por la propia enfermedad.

La cuarentena o cualquier otro estado de alerta que limite los movimientos, requiere de un alto compromiso de las personas que van a permanecen aisladas o muchas horas encerrados en sus casas, pues sus hábitos y conductas se ven alterados de un día para otro.

María Antonia Soto Baño, psicóloga adscrita al grupo de trabajo de emergencias del Colegio de Psicólogos de Madrid

Y si esas cuarentenas o aislamientos son en familia se hace necesario entonces unas recomendaciones básicas. Lo explica el sociólogo Óscar Iglesias: “Para que la convivencia familiar vaya bien, al estar más tiempo juntos, hay que ponerse de acuerdo en unas normas básicas: espacios ordenados, limpios y bien ventilados; cuidados personales (higiene y vestido); lavarse las manos con frecuencia (antes y después de comer, después de ir al baño; después de toser o estornudar y cubrirnos con pañuelos desechables o con el codo flexionado...”

En otras palabras, cuando se inicia un aislamiento preventivo es importante entender lo que nos está pasando y normalizar tanto las emociones propias como las de las personas que nos rodean, el cambio súbito de la rutina y la necesidad de reorganizar el día a día en medio de una nueva atmósfera puede acarrear conflictos y discusiones familiares sobre esos aspectos.

A continuación, se plantean elementos de afrontamiento para tomar en cuenta en nuestra rutina diaria:

  • Focalizarse en el presente: Se trata de evitar pensamientos futuros de tipo catastrófico, asumiendo que hay situaciones que no dependen de nuestro control y por ende solo podemos adaptarnos a ellos. Así mismo, procurar mantenerse optimista, pensando que todo pasará y el futuro será mejor.
  • Supere la soledad: Este sentimiento por lo general aumenta entre los individuos que deben pasar el confinamiento completamente solos. La clave aquí radica en enfocarse en el punto de que es un “estado transitorio en el que se debe ir estructurando el día a día”. Asumir que sean nuestros pensamientos los que controlen las acciones y no las respuestas emocionales. Es decir, tratar de mantenernos racionales, encontrando en todo lo que hacemos o leemos las explicaciones lógicas correspondientes.
  • Reconocer y respetar los espacios compartidos: Consiste en el establecimiento de acuerdos sobre la utilización de las áreas comunes, respetando horarios y costumbres de las personas que se cohabita.
  • Establecimiento de horarios: Es de suma importancia que se planifique el tiempo, establecer las horas especificas en que se desarrollara cada tarea en particular, teniendo en cuenta la inclusión no solo de actividades laborales y/o escolares si no también de espacios lúdicos tanto a nivel grupal como individual.
  • Espacios privados: Es imprescindible disponer de períodos de tiempo a solas, donde cada miembro de la familia se pueda “aislar” (valga la redundancia), y manejar sus síntomas de ansiedad e irritabilidad sin incomodar a los demás.
  • Tareas pendientes: Es efectivo pensar que este período de aislamiento puede servir “para completar tareas pendientes que por falta de tiempo nunca se hicieron: lecturas, ver alguna serie, actividades musicales... Y si la salud lo permite, una forma de ocupar el tiempo es dedicarlo a una limpieza general de la casa o para arreglar algo que esté descompuesto.
  • Nuevas tecnologías: Resultan útiles para conservar la comunicación con los seres queridos, familiares y amigos; esto refuerza la disminución de sentimientos de soledad.
  • Como seres humanos, siempre se nos ha caracterizado en los últimos años como resilientes, entonces hagamos uso de esa capacidad y veamos la crisis como una oportunidad para desplegar la imaginación, la paciencia y la capacidad de espera de regresar al tiempo en que dábamos todo por sentado.

    Finalmente, quiero dejarles con esta idea y cada quien pueda sacar sus propias conclusiones, aunque por momentos podamos verla como un castigo, si somos capaces de sacarle provecho a la cuarentena, esta podrá ser redefinida como el punto de partida de nuestro propio reencuentro (con nuestro ser y los demás) y re acomodación personal y social.