por Heidy Guzman, MA, LPC, NCC
La llegada de un bebé recién nacido es uno de los momentos más felices de la vida, aunque también puede asociarse con ansiedad, agotamiento y estrés. Casi la mitad de las madres primerizas pueden pasar por un período de sentirse muy emocionales y llorosas después de la llegada de un niño (la "tristeza posparto”) y se estima que una de cada diez madres puede desarrollar síntomas más intensos y prolongados, conocidos como Depresión Posnatal. (PND por sus siglas en inglés). Estos síntomas generalmente se desarrollan en las primeras cuatro a seis semanas después de dar a luz y pueden provocar sentimientos abrumadores de desesperación, culpa e inutilidad.
La depresión posnatal es causada por una variedad de factores, que incluyen y no están aislados a los cambios hormonales, la falta de apoyo y los problemas de salud mental previos. También es importante recordar que aunque la depresión posnatal es más común en las mujeres, los hombres también pueden verse afectados. El nacimiento de un nuevo bebé puede ser estresante para ambos padres y algunos padres pueden sentirse incapaces de sobrellevar la situación y pueden tener dificultades para adaptarse a los grandes cambios trae la llegada de un nuevo bebé.
Para ambos padres es importante entender que tener depresión posnatal no significa que no ames y cuides a tu bebé o que seas un "mal padre". Si bien es muy angustiante, hay muchos tratamientos disponibles y, siempre que se reconozca y trate la depresión posnatal, puede ser una afección temporal de la que pueda recuperarse.
¿Cuáles son los signos y síntomas de la depresión posnatal?
La depresión posnatal puede afectar a las personas de maneras distintas. Los síntomas pueden variar de leves a severos y pueden durar desde algunos meses hasta casos severos durante más de un año. Estas son algunas de las diferentes experiencias de depresión posnatal:
- Un bajo estado de ánimo que tiende a empeorar por las mañanas
- Falta de interés en usted o su bebé
- Falta de disfrute, energía y motivación
- Sentimientos de irritabilidad
- Sentirse sin esperanza, culpable o inadecuado
vPobre concentración e incapacidad para tomar decisiones
- Sentirse lloroso y miserable
- Patrones de sueño perturbados: no poder dormir a pesar de estar cansado y despertarse temprano
- Ansiedad, que puede llevar a ataques de pánico
- Cambios en el apetito: comodidad para comer o falta de apetito
- Evitar personas y situaciones sociales
- Pérdida de libido
En circunstancias extremas, una nueva madre puede experimentar pensamientos de suicidio o hacerse daño a ella misma o a su bebé, es extremadamente raro que se materialicen los pensamientos suicidas en la realidad, aunque el acceso a la ayuda es vital. En estos casos extremos, la psicosis puede estar presente, que es otro indicador para buscar ayuda inmediata.