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Guzman Psychotherapy
La época actual viene marcada por cambios que debemos atender si queremos responder a las necesidades de nuestro entorno. Entre todos los aspectos que caracterizan nuestra sociedad hoy en día: ideologías religiosas, libertad de género, libre desarrollo de la personalidad, libertad de pensamiento y expresión, cambios laborales, y diferentes dinámicas familiares, de las cuales, podríamos hablar abiertamente sobre la paternidad.
Los hijos de esta generación que se convierten en padres aprenden otra forma de criar que precisamente viene marcada por los cambios de la época. Si nos pusiéramos en la tarea de comparar la crianza de hace una década con la de ahora, nos encontraríamos con nuevas formas de compartir la mesa que se caracterizan por una comunicación abierta y flexible entre los padres e hijos de hoy. Pero, hay algo que nunca cambia: la esencia de ser padre.
Por décadas, papá ha sido símbolo de protección, provisión y cuidado. Hoy en día, papá no solo puede proveer, sino que elige ser parte activa, consciente y presente de todo lo que implica la formación de un hijo o una hija. Elige, porque finalmente la paternidad es una elección autónoma, y responsable, que no todo el que lleva el título de padre asume. Porque para ser padre se necesita ser y estar.
Ser amigo en momentos buenos, ser cómplice de ideas, ser compañero en la adversidad, ser consejero ante las decisiones importantes de la vida, ser reflexivo ante los nuevos cambios, y, sobre todo, ser amoroso y comprensivo en las etapas que con los años van afrontando los hijos.
También se necesita estar. Estar cuando se necesita, y cuando es prudente dar espacios. Estar cuando se requiere un consejo, y estar cuando es pertinente dejar decidir. Estar cuando es sano hablar de sexualidad y también cuando se debe parar de hablar. Estar cuando es pertinente un regaño y también cuando dar un consejo no está de más.
Estar en todo momento, en toda situación buena y mala. Por ello, la paternidad es una decisión libre y responsable que se elige conscientemente al asumir un rol determinante y que se transmite de generación en generación.
Esto último se refiere a la importancia de ser un buen padre. Cuando se es un buen padre, el hijo o hija crece con un modelo de referencia. Con esto no se exime a los padres de errores y defectos, porque, ¿qué ser humano es perfecto? Ninguno. Las personas se construyen a diario, y cuando se es padre, la maduración cognitiva se acelera, debido a los retos venideros. Aun así, los padres no son perfectos, pero viven esforzándose cada día por dar y convertirse en la mejor versión que pueden ser, ya sea, arrastrando un modelo del pasado o convirtiéndose en un buen ejemplar, que, con errores y defectos, luche por la consigna más importante en la vida de todo padre: mantener la familia.
Tomemos un espacio para reflexionar en la paternidad, en las decisiones tomadas, en los retos venideros, en los errores cometidos y en las ganas de mejorar cada día con el fin de formar familias sanas emocionalmente, las cuales, por encima de errores y defectos, puedan seguir adelante.