Cómo psicóloga unos de los procesos en lo que más hago énfasis con mis pacientes es en el que ellos puedan reflexionar, pensar y considerar sus propios asuntos con atención y detenimiento. Sin embargo, algunos individuos llevan este concepto al extremo, hablamos entonces de HIPERREFLEXIVIDAD, que no es más que una tendencia a reflexionar en exceso, sobre todo con relación a sí mismos.
El concepto de hiperreflexividad no es fácil de entender. Sin embargo, en este artículo pretendo hacer un acercamiento sencillo, de manera que pueda ser comprendido y tomado en cuenta al momento de reconocer sus síntomas.
Este tipo de pensamiento se puede originar por varios motivos, el estrés es el más común. “Muchas veces nos podemos llegar a sentir sobrepasados por las demandas de nuestro entorno”. Si a eso le agregamos que las personas no poseen estrategias para lidiar con los estresores del día a día, las preocupaciones y las emociones poco positivas, tendremos como resultado incapacidad para el disfrute de las cosas, agotamiento tanto físico como mental y una dificultad notoria para detener el análisis constante acerca de lo que hacemos o dejamos de hacer.
Seguramente estarás pensando que poner fin a la hiperreflexividad es más fácil decirlo que hacerlo. Pero con la práctica constante, puedes limitar tus patrones de exceso de reflexión. Aquí hay cuatro maneras de dejar hacerlo:
Finalmente: esas reflexiones repetitivas que tanto te agobia ahora ¿tendrán importancia dentro de cinco años? ¿de dos? ¿de uno? , la respuesta a estas preguntas te ayudará a encontrar la importancia real de la misma.
Si la respuesta es que sí, tendrás que centrarte en sacar un aprendizaje de la situación preocupante, crecer como persona y perseverar.