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Parejas binacionales: una construcción social

por Heidy Guzman, MA, LPC, NCC

El concepto de parejas binacionales y/o trasnacionales, ha ido ganando un espacio en los últimos 20 años. Esta modalidad en las relaciones de pareja es considerada como una nueva construcción producto de una sociedad globalizada y donde la tecnología y los nuevos medios comunicación (redes sociales) facilitan el sobrepaso de los límites entre los países, generándose la unión marital de parejas de diferentes nacionalidades, lo que deriva en otros fenómenos sociales como la migración.

A la fecha existen pocos estudios desde una perspectiva psicológica, que analicen a profundidad los proceso migratorios, sin embargo; si se ha logrado establecer que existen factores positivos y negativos que influyen en el estado emocional de los migrantes como son: el choque que se produce en el sujeto al estar separado de sus raíces y de sus familiares significativos, de su cultura, la formación de una pareja en extranjero y el pensar que la condición de inmigrante le acompañara por el resto de su vida.

Partiendo de lo anterior, este artículo intenta generar un acercamiento al reconocimiento de los orígenes y consecuencias de la conformación de parejas con integrantes que provienen de distintos países. Implícito queda que solo uno de ellos se encuentra en su país -inmerso en su cultura de pertenencia- mientras que el otro es el “extranjero” y que juntos, más allá de su condición binacional dan origen a una pareja.

En principio hay que establecer que cada experiencia migratoria es específica para quien la vivencia, y por ello implican diversas razones: económicas, profesionales y/o trabajadores independientes, jubilados, estudiantes. Y están las que nos atañen, que son las motivadas por la búsqueda de una pareja amorosa más allá de las fronteras de su país de nacimiento. Generalmente, hay un primer viaje del hombre al lugar de residencia de la mujer, para así afianzar la relación y posteriormente, se produce la migración de la mujer al país de su compañero. Aclaremos, que más que obstáculos, estas relaciones llevan en sí mismas procesos de transformación en ambos miembros de la pareja.

Una vez se produce el establecimiento de una pareja binacional, en el país de residencia final, estas se ven enfrentadas a las dificultades de la convivencia en el día a día. Uno de los dos entra un proceso de adaptación, donde debe crear su nuevo entorno social (amigos y conocidos). Esta integración se ve influenciada por factores como la consecución de un trabajo que vaya de la mano de su capacitación profesional. Este elemento puede ser una influencia negativa no solo por la presión psicológica sino también económica que le acompaña en la mayoría de los casos. Existen otros factores como la diferencia de valores culturales, en las formas de ver la vida o el desconocimiento del idioma que aumentan los niveles de presión al momento de encajar en el nuevo lugar de residencia.

Aún en casos donde la relación de pareja y el proceso de integración marchan favorablemente, la melancolía por la tierra, puede ser un tema fundamental para el extranjero.

Por otro lado, para una pareja trasnacional, es importante el conocimiento previo de los familiares, así como el dialogo dentro la misma acerca de la trascendencia que las familias podrían llegar a tener dentro de la relación. Dependiendo de los países involucrados puede haber variaciones significativas del papel y las obligaciones que se le permiten a las familias extensas en su vinculación con el nuevo matrimonio.

Otro factor preponderante, en el inicio de la conformación de este tipo de pareja es el poco o nulo manejo de un idioma. Esto hace que sea complicada la comprensión y expresión, sobre todos los elementos emocionales. Si los dos hablan un mismo idioma, las condiciones son parecidas para sus dos integrantes. Pero si uno de ellos solo habla la lengua original, nace un desbalance que afectara los niveles de comunicación. Como una forma de subsanarlo ha surgido el plurilingüismo, proporcionando a la pareja la oportunidad de aprender otro idioma en un ambiente cotidiano y favoreciendo que los hijos crezcan hablando desde muy pequeños varios idiomas, lo que se constituye en un plus educativo para su desempeño a futuro en un mundo cada vez más globalizado.

Los individuos que deciden conformar una pareja binacional deben ser conscientes de que cada uno de ellos proviene de una sociedad con normas y valores culturales que le son propios. Se hace necesario que se trate de profundizar con respeto y tolerancia en el entorno cultural del otro; cuanto más lo conozca, más claras serán esas diferencias y les resultara más cómodo establecer acuerdos que les permitan manejarse en la toma de decisiones en la vida diaria. Una pareja se enriquece en la medida en que se vuelve necesario el interés por conocerse mutuamente, animando así una tolerancia de doble vía.

Un elemento, de delicado manejo, para este tipo de relación, sucede a partir de las diferencias en los aspectos que tienen que ver con las creencias religiosas. Dentro de una misma familia pueden coexistir varias religiones, dependiendo del grado de tolerancia y la presencia de una mente abierta frente a este tema en cada uno de sus miembros. Igual que con la cultura, se trata entonces de esforzarse por conocer sin perjuicios la religión del otro. Se hace también, necesario ceder, al momento de considerar cual será la profesión de fe en la que basara la crianza de los hijos y determinar cuáles serán los ritos y tradiciones que se festejaran en la familia.

Si bien hemos hablado de todas las soluciones que deben ser capaces de hallar las parejas trasnacionales, en relación con diferentes aspectos de la vida. No podemos olvidar lo enriquecedor que resulta la oportunidad de intercambiar experiencias y modelos de vida con otras parejas en las mismas circunstancias. Esto ayuda a tomar conciencia de que no están solas en momentos de crisis y los testimonios de otros sirven de aliciente a que siempre hay soluciones que se pueden implementar a partir de vivencias similares.

Las parejas con países de origen distintos son por naturaleza diferentes, pero si decidieron unirse, es porque lograron identificar intereses y características que los hacen parecidos. Lo esencial para lograr la estabilidad y la permanencia de la unión o vínculo está determinada por la calidad con que se desarrolle la relación íntima y personal. Es evidente que debe ser fundamental la cooperación, el establecimiento de intereses comunes, la resolución adecuada de conflictos y la generación de espacios individuales que preserven el respeto por el otro miembro de la pareja. Si bien los matrimonios binacionales en muchas ocasiones deben hacer frente a estigmas y prejuicios sociales, no es menos cierto que si existe un entorno social caracterizado por el respeto y tolerancia, una pareja con estas características tiene una excelente oportunidad de enseñar que existen diferentes formas de sacar adelante una relación marital.

En conclusión, si las personas que están en la relación se aman, logran entonces un nivel de entendimiento profundo, lo que les permite hallar estabilidad y un compromiso duradero en su nueva vida juntos.