por Heidy Guzman, MA, LPC, NCC
En algún momento de nuestras vidas, la mayoría de nosotros habrá experimentado enojo. Los viajes en hora pico, los accidentes informáticos y las relaciones problemáticas son todos aspectos de la vida moderna que nos pueden llevar al límite. Sin embargo, esta poderosa emoción es perfectamente normal, al igual que los sentimientos de felicidad, miedo y tristeza, y en la mayoría de los casos se mantiene dentro de un rango natural y controlado. De hecho, la ira es un aspecto integral de nuestra estructura evolutiva que nos ayuda a detectar instintivamente y responder a situaciones amenazantes, además de actuar como una poderosa fuerza motivadora para cambiar aspectos de nuestras vidas con los que no estamos satisfechos. Dada su función para mantener el cuerpo y la mente listos para la acción, una serie de cambios fisiológicos caracterizan la ira, incluyendo latidos cardíacos más rápidos, frecuencia respiratoria y aumento de la temperatura y la transpiración.
Sin embargo, la ira también puede ser una emoción que fácilmente puede salirse de nuestra esfera de control, causándole tanto a usted como a quienes le rodean una angustia considerable. En una encuesta realizada por The Mental Health Foundation, el 28% de los adultos dijeron que les preocupa lo enojados que a veces se sienten y el 32% tienen un amigo o pariente que tiene problemas para manejar su ira. Si bien hay muchas formas de expresar esta emoción, incluida la ira explosiva "ver rojo" o reprimida "embotellada", este nivel e intensidad de la emoción puede llevar a graves problemas de salud física y mental como depresión, ansiedad, presión arterial alta y disminución de la eficiencia de nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, al reconocer que tiene un problema y al tratar de comprender el enojo y obtener la ayuda adecuada para comenzar a manejarlo, ha dado un poderoso e importante primer paso para mejorar la salud y la felicidad tanto para usted como para quienes le rodean.
¿Cómo puedo manejar mi ira? ¿Hay algo que pueda hacer?
Hay muchas formas en que puede comenzar a lidiar de manera más constructiva con su enojo. Dando pequeños pasos y con mucho tiempo y paciencia, comenzará a ver cambios sustanciales en la forma en que reacciona ante situaciones estresantes y en su felicidad en general. Aquí hay algunas ideas para comenzar:
Reconociendo y lidiando con los síntomas de la ira
Conocer los signos físicos de la ira es un primer paso importante. Es posible que sienta que su corazón late más rápido, que su cuerpo se pone tenso y que su ritmo de respiración se vuelve más rápido. Estos son los primeros signos de que debe intentar dejar la situación estresante, lo que le da la oportunidad de enfriarse y reducir el impulso de atacar. Contar hasta 10 también es una técnica útil, junto con tratar de reducir la velocidad de su respiración exhalando por más tiempo de lo que respira. Estas técnicas lo ayudarán a relajarse y a pensar con más claridad.